Esta entrevista va a ser un meme, con Patri Di Filippo (coautora de ‘Memeceno. La era del meme en internet’)

En el capítulo ‘Meme printer go brrr‘, del ensayo colectivo Memeceno. La era del meme en internet (La Caja Books, 2023), Patri Di Filippo (Barcelona, 1995) afirma que «el razonamiento es sencillo: los memes son cultura, los memes son arte y, ahora, los memes son dinero»; tanto, que ¡hasta pueden hacerte «rico»! Sea como sea, a todo el mundo le interesan: marcas, famosos, políticos, creadores de contenido, internautas, ¡e incluso a Pili, la vecina del 5º que te desea cada mañana los buenos días con la imagen de un gatito! Porque el meme evoluciona, sí, pero no su sentido; al fin y al cabo, y tal y como dicen desde Proyecto UNA en el epígrafe ‘Usos y costumbres del shitposting‘, «los memes no se entenderían ni serían tan populares si no estuvieran impregnados de todas las característica de la cultura popular: autoría colectiva, reelaboración constante, mutabilidad y reapropiación de significados, etc.»; y nosotros queríamos -además- darles la oportunidad de que se definieran a sí mismos contestando a estas preguntas sin mayor contexto, seriedad y explicaciones que las ya ofrecidas; es decir, preguntas sobre memes contestadas con memes -y seleccionados por la insuperable Di Filippo-.

PREGUNTA: En primer lugar, ¿hay que darle bola a todo lo que ocurre en internet? ¿Debemos tomárnoslo tan en serio como parece?

RESPUESTA:

P: Memes irónicos, protomemes, shitposting, postmemes, memes terapéuticos, hypermemes, memes feministas… De entre todas las alternativas y épocas posibles, ¿con cuál -o cuáles- te quedarías?

R:

P: Y respecto a los personajes más icónicos: la Rana Pepe, Wojak, Troll Face, Disaster Girl, Doge, y un largo etcétera, ¿con quién -o quiénes- empatizas?

R:

P: Ahora que estamos asistiendo a una suerte de memeízación de la realidad -especialmente de la política-, donde cada vez es más sencillo que una acción digital haga efecto en nuestra propia vida, y viceversa, ¿crees que existe alternativa?

R:

P: Por desgracia, si todo empieza a ser un meme nada lo es, ¿verdad?

R:

P: «Hay quien dirá que esta nueva tendencia es mera apología del capitalismo y otros que esconde una crítica social sobre la vida en nuestro tiempo. ¿Es irónico? ¿La estética meme se ha convertido simplemente en una vía de escape desde donde proyectar lo absurdo que supone seguir utilizando las redes sociales? ¿Estoy, como Bo Burnham, sobreanalizando esto? Seguramente […]», escribe Álvaro L. Pajares en la introducción de Memeceno; y nos parece curioso porque, claro, al hablar de memes, que son unidades de significado breves, concisas y libres de contexto, ¿confeccionar un libro de 200 pp. no habrá sido, precisamente, «Mucho Texto»? ¿O al contrario, y todavía quedarían cosas por decir?

R:

P: Sobre la usurpación capitalista del Memeceno, tú misma apuntabas en uno de los capítulos del ensayo que «paradójicamente, cuanto más trabajo falta, más se cuela este por todos los recovecos de la vida», y que este es un poco el mantra del creador digital –mememakers incluidos-. ¿Se ha precarizado la viralidad o se ha viralizado la precariedad, más bien?

R:

P: Oye, ya llevamos nueve preguntas. ¿Cuánto crees que falta para que termine apareciendo Hitler en la conversación, tal y como sostiene la ley de Godwin?

R:

P: Hace un tiempo le leía a Eduardo Laporte decir en Twitter que la mayoría de creadores de contenido nos pasamos la vida lanzando preguntas al aire, buscando leads, debates e interacciones en forma de copy que luego nadie se toma el tiempo de discutir. Al fin y al cabo, tras un «¿Sabías que…?» nunca solemos encontrarnos a nadie que nos diga que un «No». O que «Sí»… ¿Le ocurre algo similar a los mememakers?

R:

P: En el capítulo titulado ‘Apuntes previos para una teoría del mememaker’, Álvaro L. Pajares asegura que, para él, «el único meme capaz de desafiar a la red social es el meme capaz de ralentizar su propio consumo. Aquel que tiene el potencial de hacer que el usuario apague la pantalla. Lo sé: es una quimera», pero ¿a ti se te ocurre alguno?

R:

P: «Es más accesible y fácilmente entendible un meme que un libro», admiten Mikel Herrán y Guillermo Pérez en su epígrafe de ‘Memes por España. (Re)conquista, imperialismo y evocación nostálgica de un pasado en internet’. ¿Son los memes un ejemplo de arqueología futurista?

R:

P: Y, bueno, ya para acabar: ¿Memeceno podría llegar a resumirse en un solo meme?

R: